Koanólido A: una esperanza científica para curar el cáncer
Una de las tantas frases conocidas del científico francés Louis Pasteur es la que dice: “La suerte favorece a una mente preparada”. Y es a la que hace referencia el investigador y doctor en Ciencias Químicas, Quírico Castillo Perdomo, al recordar cómo, “por accidente”, encontró la molécula Koanólido A, con la cual, asegura, se puede curar el cáncer de próstata, representando una nueva esperanza en la lucha contra esta enfermedad.
“En 2014 le pedí al director del Departamento de Botánica del Jardín Botánico Nacional, Teodoro Clase, recolectar una especie botánica para realizar pruebas, pero luego me llamó y dijo que cometió un error y que confundió las plantas”, dijo Castillo. “En ese momento ya se estaba realizando las primeras evaluaciones, por lo que le comenté que justamente estaba trabajando con esas hojas y que eran las que mejores resultados habían arrojado”, agregó.
Tras años de investigación y pruebas en líneas celulares de cáncer de mama, colon, cérvix y pulmón, Castillo afirma que los resultados obtenidos fueron positivos, pero al probarse en células de cáncer de próstata, los resultados presentaron un 95% de eficacia.
Desde entonces, el equipo ha aislado la molécula para su continuo estudio y protegido a través de una patente otorgada en 2018 por la Oficina Nacional de Propiedad Industrial (Onapi), siendo la primera patente de invención para la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), de tres patentes derivadas de esta investigación.
La investigación se encuentra en la fase preclínica, lo que implica probar la eficacia y seguridad de la molécula en animales de laboratorio. “Esta fase es esencial para determinar si la molécula puede convertirse en un fármaco seguro y eficaz para el tratamiento del cáncer”, dijo.
Según el experto, han logrado identificar la vía de administración, la dosis e incluso la frecuencia: intravenosa diaria entre 100 y 200 miligramos. Sin embargo, aún necesitan afinar si la dosis se puede reajustar a ser interdiaria o si puede ser administrada tres veces por semana.
Tras esto, señala que se sometería una solicitud al Consejo Nacional de Bioética de la República Dominicana, la entidad que autoriza los estudios en seres humanos, lo que permitirá pasar a la primera fase de los ensayos clínicos, la cual incluiría a 20 pacientes, y luego abogaría por incluir más pacientes que serían seleccionados por un personal de salud cualificado.
Inversión
“Pero para lograr todo esto, hace falta inversión”. El investigador subrayó que, hasta la fecha, se han invertido unos RD$18 millones financiados por el programa de Fondo Nacional de Innovación y Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondocyt) del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCyT). Pero para completar las investigaciones y lanzarlo al mercado necesitaría invertir aproximadamente entre RD$120 millones y RD$200 millones adicionales.
En detalle, la distribución sería de RD$20 millones para concluir la fase preclínica, unos RD$30 millones para la construcción de una planta piloto y un terreno para sembrar y producir el medicamento a escala, aunque podría elevarse a RD$40 millones. También indica que RD50 millones se destinarían a la primera fase clínica con 50 pacientes y una cantidad similar para una segunda etapa, no obstante, aclara que este monto podría aumentar si deciden ampliar el número de pacientes.
En cuanto a la viabilidad comercial, el entrevistado afirma que este proyecto no solo tiene un alto potencial médico, sino también económico. Según los cálculos de Castillo, el medicamento podría generar una ganancia mínima del 200%, y si se logra optimizar el tratamiento para aplicarse con menos frecuencia (por ejemplo, tres veces por semana en lugar de diariamente), las ganancias podrían aumentar hasta un 700%.
Asegura que este proyecto podría transformarse en una empresa agroquímico-farmacéutica rentable, capaz generar beneficios económicos notables, mientras que ayudaría a este grupo de la población que se ve afectada por tanto por la enfermedad como por los altos costos de esta.
“Mi objetivo es convertirlo en un fármaco para el tratamiento del cáncer asequible para el público, ya que, tomando en cuenta los costosos que son los medicamentos orales y las quimioterapias, entre RD$275,000 y RD$300,000 mensuales, la producción de la molécula es mucho más barata y el medicamento podría comercializarse a un precio de aproximadamente RD$10,000”, señala.
Este proyecto, resalta, es el resultado de una colaboración multidisciplinaria, con la participación de expertos en fitoquímica (el estudio de los compuestos químicos en plantas), especialistas en biología y otras áreas científicas. Comenta que cuentan con un personal grande que ha ido variando a lo largo del tiempo. Actualmente participan en el laboratorio cinco profesores y una estudiante pasante.
También indica que el proceso de investigación se ha llevado a cabo en distintas partes del mundo, con ensayos preclínicos realizados en la compañía norteamericana Eurofins Scientific, empresa dedicada a realizar pruebas de detección de enfermedades, en su sucursal de Taiwán.
Causa de muerte en las Américas
Según la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, en 2022 se registraron 13,742 casos de cánceres en República Dominicana, donde el 24.8% de estos fueron de próstata con 3,412 registros y encabezando la lista, seguido de 2,492 diagnósticos de cáncer de mama representando un 18.1%, el cáncer colorrectal tuvo un 9.2% con 1270 pacientes.
El resto son el cáncer de pulmón con un 6% de los casos, así como el cervicouterino con 5.2%, leucemia 3.3% y otros cánceres con 33.2% de los diagnósticos.
El Servicio Nacional de Salud (SNS) informó que ha asistido a 23,937 hombres realizando tamizajes a través del Programa para la Detección Oportuna de Cáncer de Mama, Cervicouterino y Próstata, desde su implementación en mayo del 2021 hasta mayo del 2024.